Fútbol con todas las letras.
El partido que disputaban el Abaroa y el Loiola fue un culto al fútbol. Los dos equipos llegaban a tope tras el parón navideño y querían igualar a puntos al Baskonia, que en la jornada del fin de semana descansaba.
El equipo rojillo, que tiene una plantilla muy larga, la más completa de la liga y con múltiples variantes arriba, no sorprendía con el planteamiento inicial. Jon Urcelay, que se está recuperando poco a poco de su lesión de talón, fue titular. Cumplió y bien, pero aún le queda mucho para llegar a su mejor nivel, un nivel TOP.
La primera parte comenzó con un gol tempranero del equipo blaugrana. Enseguida el míster animó a los suyos y la máquina empezó a carburar. Álvaro, que llevaba una semana metido en una jaula sin comer, salió como un perro de presa a comerse todos los balones divididos y a presionar al rival. Estuvo durante todo el encuentro encima de «Gallo«, uno de los mejores jugadores de la categoría. Se salió, lo superó en todo momento, ¡menudo físico que tiene este todoterreno, 100% fiable! En el minuto 13 de partido, Eder, la gacela Bizkaina, mandó de falta directa un obús (tomahawk, como le gusta llamarlo) a la cruceta. Tiene un estilo muy parecido al de CR7, pero a Eder no le gustan las comparaciones. Más tarde, se resarció con un gol de bella factura que celebró con efusividad con sus compañeros.
En la segunda parte, los defensores de uno de los escudos con más nombre de Bizkaia salieron a hacer su trabajo: jugar al fútbol. ¡Y vaya si lo hicieron!Combinaciones exquisitas entre Alex, que cada día va a más, y Julen, especial como siempre. Ibi, sin duda el 9 más peleón de la liga, no dió un balón por perdido, y emulando a Raúl, el 7 de España, peleó hasta la extenuación cada balón y rechaces del portero. La segunda parte acabó en empate gracias en parte a la magnífica actuación de Pablo, que cada día se siente mas seguro de sí mismo y va como un toro.
En la tercera parte, el ejército, comandado por Arteta, salió a luchar. El Abaroa, sorprendido por las ganas de los visitantes dio un paso atrás y prefirió refugiarse en el área, el Loiola tocó a zafarrancho. Comenzó tocando pero es un equipo tan vertical que no le da tiempo a tocarla; son tantas las ganas de marcar que enseguida buscan la meta rival. Los últimos minutos fueron espectaculares. Era un correcalles, el partido estaba roto, ir volver, ir volver… al estilo inglés. Guille (el gigante de piedra) e Ibon (un tipo duro) guardaban las espaldas de la mejor delantera de la liga. Tras unas ocasiones en las que el gol rondó el área rival el partido concluyó en empate, con sabor agridulce sabiendo que se podía haber ganado con una pizca de suerte, que en el Loiola brilla por su ausencia desde tiempos inmemoriales.
El público quedó satisfecho de la entrega de los chavales y aplaudió a ambos equipos. Ahora el equipo se conjura para sacar 12 puntos de 12 y llegar vivos al último encuentro de liga, que decidirá quién es el campeón. El espíritu de Mendibelzua sigue presente y, si no, que se lo digan a Juan, que atendió a los medios y dejó claro que «cuando te pones la camiseta y portas este escudo, todo se vuelve especial«. El equipo, pese a estar habituado a ganarlo todo, no perdió la sonrisa y desde fuera del vestuario se pudo oír la canción que Ibon puso de moda: el «Ai se eu te pego«.
AUPA LOIOLA!!
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