CAMPEONES POR LA PUERTA GRANDE
Partido de altos vuelos en el infierno de Baskonia el vivido en la última jornada de la liga por el Alevin «D». Fue un partido no apto para niños, un partido de hombres donde los jugadores hicieron gala de los valores que caracterizan a este club: la garra, el honor y el coraje. Sólo valía la victoria para alzarse con el título, y eso se notó desde que los jugadores llegaron al estadio.
Gonzalo y Eder querían recalcar la importancia del encuentro y motivaron a sus jugadores con una charla que finalizó con una frase que pasará a la historia: «SI PERDÉIS, SEGUIRÉIS SIENDO LOS MEJORES. SI GANÁIS, SERÉIS ETERNOS«. Tras estas palabras, el Loyola salió a triturar al Baskonia, que contaba sus partidos por victorias hasta la fecha.
La alineacion para el primer tiempo tuvo sorpresas en cuanto a lo táctico, pero salió a pedir de boca: Lucas en portería, Guille y Alberto en el eje de la zaga (este último fue la sorpresa en esa posición poco habitual para él, pero cuajó un magnífico partido a pesar de ello), Maeztu «tecnologia alemana 100% fiable» como medio centro, dos «balas» en los costados como Eskubi y Eder «EF7» y en punta Ibai «el enchufado«.
Comenzó el partido y el dominio de los rojillos fue evidente durante todo el periodo. La «improvisada» defensa se mostró muy solida sin conceder oportunidades a sus rivales y en las botas de Guille estuvieron las primeras ocasiones del encuentro. Posteriormente, tras una galopada descomunal de Ibai, este dejó el balón atrás a Eder, que gozó de una oportunidad clarísima para haber inaugurado el marcador. Así acabo el primer tiempo, con un Baskonia agazapado atrás en las garras del Loyola.
En el segundo tiempo aparecieron en escena: Pablo «El bufalo de urquijo» e Ibon «Duro como el diamante» en defensa, Julen en el medio para que brotara la fantasía, Alex como extremo izquierdo (pura clase, tiene un guante en su pie izquierdo), Jon urcelay «el Niño Maravilla» en el otro costado, y como jugador más adelantado Juan «Estrella«.
El partido continuó con la misma dinámica, El Baskonia con el autobús puesto atrás y el Loyola atacando una y otra vez. A 10 minutos del final un gran lanzamiento de falta botado por los locales puso el 1-0 en el marcador. Parecía que todo estaba perdido. Una vez más la liga se escapaba, pero este Loyola no es de los que se rinde tan facilmente. Al igual que ante el Padura, el Loyola sacó la garra y el coraje, luchando contra viento y marea hasta que, a la salida de un córner, en la última jugada del segundo tiempo, Jon Urcelay puso las tablas en el marcador. Ese gol dio esperanza a los rojillos y les hizo creer que alzarse con el título aún era posible.
Quedaba el último tiempo. La gloria a 20 minutos de distancia. 20 minutos que dictaminarían si los jugadores serían «heroes o villanos» al final del encuentro.
Se puso toda la carne en el asador con Adan «el pequeño gran hombre» y Guille de defensas, Maeztu en medio, Julen y Eder en bandas e Ibai como único punta.
Comenzaba el tercer tiempo y el Loyola apretó los dientes y dijo: «aquí mando yo». Tomaron las riendas del encuentro, atosigando al rival con una presión asfixiante, jugando un fútbol que era una delicia. Entonces llegó el gol que todos los asistentes al partido guardarán en su retina toda la vida. Recuperación de la pelota en nuestro campo, el balón cae a Ibai, que inicia el contragolpe y Eder le sigue a su lado. Era un dos para dos, no se podía fallar. Ibai condujo la pelota cosida a su bota y, en el momento justo, dio el balon a Eder. Éste hizo una finta al defensor y cruzó el balon con el «cañón» de su pierna derecha. Lo habían conseguido, habian remontado al Baskonia. El júbilo y la alegria se apoderaron de la afición rojilla pero aún quedaban 10 minutos que serían de infarto. Salieron Jon e Ibon para amarrar el resultado mientras el resto de compañeros animaban desde la banda, haciendo ver que no sólo jugaban los 7 que estaban sobre el césped sino los 14 que componen el Alevín «D», como un verdadero equipo, como una piña. Así pasaron los 10 minutos más largos que se recuerdan en la historia de Loyola, hasta que el árbitro pitó el final.
A partir de ahí, todo fue una fiesta, la celebración fue estelar. Entre todo el alboroto, Gonzalo habló en rueda de prensa y dijo: » Hoy ha ganado el fútbol, ha sido el triunfo de una filosofía que esperemos que dure». Además añadió: «Los chavales han hecho un partidazo, desde el primero hasta el ultimo, un trabajo espectacular».
Desde fuera del campo se podían oir infinidad de cánticos de nuestros jugadores, pero nos quedamos con uno que decía: «LOYOLA, LOYOLA, ZU ZARA NAGUSIA«.
¡¡¡¡¡ENHORABUENA CAMPEONES!!!!!
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