Partido clave en busca de un sueño
El equipo referencia del Loiola Indautxu se presentaba bien prontito en Ategorri, hora y media antes del partido estaban la mayor parte de los integrantes de la plantilla, muestra de las ganas con las que afrontábamos el partido.
Teníamos tres bajas sensibles en la convocatoria; una de las zurdas con más talento de la categoría (cuando quiere esforzarse…) “Arjen” Fraile, el delantero más enrachado de la preferente en estos momentos Jon Ugartetxe y nuestro capitán Carlos Fernández, que a pesar de querer jugar a toda costa no estaba en condiciones. Nadie se quiere borrar de un partido en este equipo y a algunos hay que pararles. Los jugadores y el cuerpo técnico inspeccionaban el campo, muy irregular, y tenían claro cuál tenía que ser la forma de jugar y lo que tenían que hacer. Con la idea clara entraron en el vestuario, no sin antes felicitar a los “nuevos adultos” Markel “tardo diez minutos en hacer cualquier cosa” Barrena y Pablo.
El calentamiento era importante y los titulares se iban acostumbrando al terreno de juego, a pesar de que la música ambiente no era muy de nuestro agrado, aunque Javi aprovecha cualquier momento para echar un pequeño bailecito. Menos bailes y más enterarte de las jugadas de estrategia, ¡Artista!
Los suplentes esperaban su oportunidad y el ambiente era más relajado, mientras algunos se dedicaban a “gozar” con la forma de los asientos del banquillo, lo que nos preocupa un poco. Cierto jugador con el 10 a la espalda se empeñaba en demostrar que el balón no rodaba como en Aitxarte no dando un pase a derechas en el rondo (menos mal que cuando salió no fue lo mismo).
Faltando poco tiempo para empezar el partido nos metemos todos en el vestuario, para nuestro último momento de concentración aprovechando para rezar y acordarnos de Josemi, que siempre estará con nosotros en todos los partidos. El Loyola encaraba el difícil compromiso frente al Erandio con el gato Ciordia bajo los palos; una línea de cuatro formada por Arana, Álvaro, Pablo y Urrutxi; una línea de tres por delante formada por Patxo, Txopo y Barre con el fin de impedir los disparos de los cañoneros locales; Javi volvía después de su lesión para colocarse en la media punta y asistir de balones a nuestros dos delanteros Ruiz y Wily.
El balón empezaba a rodar, aunque poco duró porque el terreno de juego no lo permitía y se vio un partido de garra, entrega, lucha… donde el juego de toque que nos caracteriza era imposible pero la consigna era clara… ¡Ganar y Ganar! Ya que todos nuestros rivales ya lo habían hecho.
En el primer tiempo pocas ocasiones se vieron; el Erandio buscaba constantemente al 14, muy buen jugador, pero Arana aunque sufriendo mucho lo supo cortar, aunque no lo hubiera podido hacer sin las ayudas de Patxo y de Álvaro y sólo creo peligro con un saque de banda donde se produjo un barullo que pudo acabar en gol.
El Loyola, por su parte, no era capaz de encontrar a Javi ni de dar pases en condiciones a sus delanteros, que no pararon de correr, pero sin ser nutridos de buenos balones.
De esta manera sólo se pueden contabilizar dos ocasiones claras: una de Patxo con un gran cambio de juego de Urrutxi (ojito cómo se desenvuelve este jugador en la hierba natural, puro espectáculo) que no supo definir. Y la otra acabó en gol: una falta de unos 40 metros que Unzu, a pesar de que mucha gente decía «éste que hace que va a tirar, ¡Está loco!», clavó en la escuadra por cuarta vez en la temporada; lo malo, Javi (y para que te sirva para mejorar en tu posición), se pide algo más de sacrificio, no tres jugadas puntuales (aunque sean espectaculares y decidan partidos) y tú lo sabes, “brujita”.
Con el resultado de cero uno se llegaba al descanso y los síntomas de cansancio empezaron a salir a flote; Arana después de una primera parte en la que buscaron constantemente a su par dijo que hasta aquí llegaba con los gemelos como rocas; con este jugador no hay duda; si pide el cambio, el mismo debe ser instantáneo. Pocos son tan duros como él y aguantan tanto el dolor.
El cansancio era palpable en la caseta, se supone que del partido, aunque alguno quizá cometió algún “exceso” en la noche carnavalesca de Algorta, pero somos mayorcitos para saber lo que tenemos que hacer y si alguien se excedió no se notó sobre el campo ya que nadie dejó de correr a un balón.
Natxo salió en el descanso con la difícil misión de cubrir al mejor jugador de ellos, al igual que la semana anterior tuvo que salir a cubrir también media hora al mejor jugador de ellos, dando síntomas de una clara mejoría con respecto al inicio de año y dando muestras de una gran evolución en su juego. “Van Persie” Aristondo ocuparía el lugar de Wily, que hizo un gran trabajo y dejaría muestras de su exquisita zurda con algún gran control. Urizar (que no nos deja ponerle motes…) salió en un momento complicado del partido a aportar su lucha y poder de sufrimiento, que es lo que necesitaba el equipo, que lo estaba pasando verdaderamente mal ya que, aunque sin recibir grandes ocasiones, nos tenían encerrados (en esos instantes hay una gran intervención de nuestro santo como ya nos tiene acostumbrados, mala señal si eso nos parece normal). El cambió fue por Txopo, quien tuvo una muy buena actuación como podemos ver por otras páginas web después de nueve semanas sin poder jugar (lleva tanto tiempo que aún no ha estrenado los nuevos balones con los que jugamos en nuestro campo).
También salió Luza al campo por un Patxo, con las bolas como rocas, que parece que estamos consiguiendo que vuelva a coger ilusión por el fútbol y que poco a poco va viendo que las cosas van saliendo, no solo se le da bien la noche “Image” (la próxima crónica igual es de alguna noche de éstas, donde parece que el equipo está haciendo también buena temporada).
El 0 – 2 fue obra de Luza, que lleva dos semanas seguidas marcando y demostrando buen juego; está en un buen momento. Faltando diez minutos nos acortan distancias y los nervios afloran, pero sabemos mantener el resultado y ganar uno dos.
Nota negativa fue lo que tardan en cambiarse ciertos dos jugadores de último año que con su clásico “ya voy primo” ya tienen excusa para tardar más que los demás.
Quedan 10 jornadas y el equipo está salvado, el ascenso a siete puntos y la promoción a dos, así que se trata de 10 finales donde tenemos que darlo todo como en este partido y demostrar el buen juego que hemos intentado hacer toda la temporada, empezando el próximo sábado a las 15.45 contra el Retuerto.
PD: Queremos acabar la crónica poniéndonos serios: nuestro tiburón particular cayó lesionado en los últimos minutos del partido y parece ser que no podremos disfrutar más esta temporada de Álvaro Laidler, un chaval implicado con el equipo como pocos y la desgracia se cebó con el clavándosele los tacos en la hierba, girando la rodilla y teniendo el ligamento cruzado afectado.
Queremos agradecer sinceramente la actitud del Erandio, ya que dos personas, entrenador incluido, nos ayudaron a trasladar a nuestro jugador a la camilla del vestuario dejando el resultado de lado. Es curioso ver un partido donde los dos entrenadores están en el vestuario interesándose por el jugador lesionado. En el fútbol hay cosas más importantes que un resultado. ¡Muchas gracias Erandio!
Mucha fuerza a Álvaro en la recuperación, la familia del Loyola está deseando volver a verte con la misma garra que siempre, liderando la zaga del juvenil A del año que viene y fallando esos pases en la salida de balón como haces con tu compañero el “Loco” Urrutia.
¡ÁNIMO ALVARO!